La semana pasada, Nintendo lanzó una nueva actualización para 3DS, denominada 4.4.0-10E, que mejoraba “la estabilidad y el rendimiento del sistema”, sin dar más detalles de la misma.
Pero según parece, el nuevo firmware contenía también veneno puro
para las actuales tarjetas piratas, habiéndolas dejado totalmente
bloqueadas para su uso en las 3DS que contengan esta última
actualización, obligando a los fabricantes de flash carts a tener que
lanzar un nuevo dispositivo, ya que no habrá forma de actualizar los
existentes.
Con esto, Nintendo ha dado un gran golpe a la piratería de su consola
portátil, que de todas formas se limitaba a ejecutar juegos para
Nintendo DS: a día de hoy, los piratas no han tenido forma de descifrar
la forma para poder cargar juegos comerciales de 3DS en la consola.
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